The last
few days it has started to rain.
If you
live in a rainy country, you might ask yourself: well, this not a very
interesting thing to talk about! But here, in the part of Spain where I live,
we don't have rain for several months a year, so the arrival of the first
end-of-summer rains feels like a true blessing.
The joy
and lightness one feels at waking up to a fresh, green, and bright world. If there is one thing I love, it is to awaken early in the morning when
it has just rained. Beautiful. The world is full of life and the mountains look so clear. The
landscape of dark clouds, greens and sometimes a little sunshine is
spectacular.
It is the
arrival of seasonal change that I adore. In a place where it can snow nearby in
the mountains, but in the summer the temperatures reach up to 35 degrees, the
seasonal changes are an extraordinary event if you take the time to observe it,
and I welcome them with joy and admiration.
And now,
although there is a possibility that the temperatures will go back to its
former summer level, I know that the summer’s
grip has been broken. I know that there will come an end to this summer. And days like these,
so fresh and alive, are full of promises. Promises of new life in the nature,
of cooler temperatures and amazing thunderstorms, of the end of forest fires.
Of the start of a new season for me to explore the world on foot. Summer is not
the best time for hiking if you live in a Mediterranean climate, but when the
seasons change, it's such a joy!
I cannot
wait to get out my hiking equipment and walk, walk, walk through nature and feel the life energy that is in every plant and animal, in every landscape
and in every cloud formation.
How very,
very beautiful is this world. You only have to open yourself to its
splendor and beauty, and you will see, with both your eyes and soul.
Los últimos días ha empezado a llover.
Si vives en una zona lluviosa, quizás te dirás: ¡bueno, esto no es una cosa
muy interesante sobre la cual hablar! Pero aquí, en la parte de España donde yo
vivo, no tenemos lluvia durante varios meses al año, por lo cual la llegada de
las primeras lluvias al final del verano se recibe como una verdadera
bendición.
¡La alegría y ligereza que uno siente al despertar en un mundo fresco, verde y claro! Si hay una cosa que me
encanta, es despertarme temprano por la mañana cuando acaba de llover. Es hermosísimo. El mundo está lleno de vida y las montañas se ven tan
claro desde mi casa. El paisaje de nubes oscuras, verdes y, a veces un poco de
sol, es simplemente espectacular.
Adoro la llegada del cambio de estaciones. En un lugar donde puede nevar en
las montañas cercanas en invierno, pero en el verano las temperaturas alcanzan
los 35 grados, los cambios estacionales son un acontecimiento extraordinario si
tomas el tiempo para observarlo, y yo lo vivo con alegría y admiración.
Y ahora, aunque existe la posibilidad de que las temperaturas volverán a su
nivel anterior de pleno verano, yo sé que la fuerza del verano está
disminuyendo. Sé que llegará un fin a este verano. Y los días como hoy, tan
frescos y vivos, están llenos de promesas. Promesas de nueva vida en la
naturaleza, de las temperaturas más frías y tormentas increíbles, de finales de
los incendios forestales. La promesa de una nueva temporada para mí de explorar
el mundo a pie. El verano no es el mejor momento para ir de excursión, si vives
en el clima mediterráneo, pero cuando tiene lugar el cambio de las estaciones,
¡es un momento de gran alegría!
No puedo esperar a salir de senderismo y caminar, caminar, caminar a través de la naturaleza y sentir la energía de vida que hay en cada planta y animal, en cada paisaje
y en cada cielo.
¡Qué hermoso es este mundo! Sólo tienes que abrirte a su esplendor y belleza, y
verás, con tanto los ojos como con tu alma.
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