This week I’m
following an extra course about emotional education. It’s really very interesting
and actually everyone should learn those kinds of things as I’m learning this
week.
Today I wanted
to write about one of the things we did during this course, because it really
made me think and it had quite some impact on me.
We had to
imagine (and I mean really imagine
it, as the purpose of this exercise was to feel and express our emotions) it
was the year 2050; there had been a nuclear disaster and there were only a few shelters.
We had to decide which criteria the people who were allowed to enter had to
fulfill, as only 3 out of our group of 9 could enter. We came to: healthy,
young, mentally & physically strong, and two women and one man. We decided
to choose for evolutionary terms of survival.
I was one
of the youngest of our group, but as this week I’ve got a bad cold, I wasn’t “chosen”.
But my partner was chosen as one of the ones who could enter in the shelter and
thus survive. I was ok till that point, knowing I wouldn’t enter as I didn’t meet
the standards we had all agreed about. But then the teacher said: “imagine now that someone tells you that all
your loved ones are inside the shelter, and that you are not allowed to come in,
but instead will die from nuclear radiation exposure. What would you like to
say to your loved ones, which last words do you want to pass on?”
And well,
honestly, I didn’t like that at all. Until
then I had been quite busy oppressing my emotions, as I know I’m quite
sensitive and emotional. But we all had to speak in turns, and I was the last
one, and by then I felt so sad that I
couldn’t utter a word, and cried. Yes, I cried
in front of 25 people who I don’t even really know. I just couldn’t say what I wanted to say. If
there had been anyone else but my partner I could have said it, but thinking about
the situation that one day I maybe have to say goodbye forever to him, and the
ones I care about…that was just too much for me.
Afterwards,
we all sat in a circle to talk about how we felt, and how we had experienced
the exercise. What really affected me was what one woman said: we chose the ones to enter the shelter like
breeding rats: the ones who were the fittest for survival, and by doing that we
broke a bond between two people who love each other dearly. That just didn’t feel
right.
And that made me think. About human ethics,
and about the strength of each person
to decide what is really the right
thing to do, and to abandon the thoughts and fears society has given us. Because
in reality, many people chose out of fear,
fear for what others might say, disapproval, and such things. But afterwards
they will forever regret having chosen something that was not what their heart
told them to do.
A sad but
interesting experience. Because this once again shows me that with most matters
you must choose with the heart, not
the mind. Because the mind is full of fears and lies and is only confusing,
whilst the heart… if you have learnt to listen, it is the best guide you have
through life.
Sadly though, most people think they
cannot listen to their heart, and are too much grasped by fear.
Esta semana
estoy siguiendo un curso adicional sobre la educación emocional. Es
realmente muy interesante y en realidad todo el mundo debería aprender ese tipo
de cosas que estoy aprendiendo esta semana.
Hoy quería escribir sobre una de las cosas que hicimos durante este curso, ya que realmente me hizo pensar y tuvo bastante impacto en mí.
Teníamos que imaginar (y me refiero a realmente imaginar, ya que el propósito de este ejercicio era de sentir y expresar nuestras emociones) que era el año 2050; se había producido un desastre nuclear y sólo hubo algunos refugios. Tuvimos que decidir qué criterios tendrían que cumplir las personas quien podrían entrar en el refugio, ya que sólo 3 de nuestro grupo de 9 podía entrar. Llegamos a: sano, joven, mental y físicamente fuerte, y dos mujeres y un hombre. Decidimos optar por términos de supervivencia.
Yo era una
de los más jóvenes de nuestro grupo, pero como esta semana tengo un fuerte
resfriado, no fue "elegida". Pero mi pareja sí que fue elegido
como uno de los que podrían entrar en el refugio y así sobrevivir. Yo
estaba bien hasta ese punto, sabiendo que no entraría, ya que no cumplía con
las normas que habíamos dicho. Pero entonces, la maestra dijo: "Imaginemos ahora que alguien te dice
que todos tus seres queridos están en el interior del refugio, y que no puedes
entrar, sino que morirás por exposición a la radiación nuclear. ¿Qué te
gustaría decir a tus seres queridos, que son las últimas palabras que deseas
transmitir? "
Y eso,
honestamente, no me gustó en absoluto. Hasta
entonces había estado muy ocupado oprimir a mis emociones, ya que sé que soy
muy sensible y emocional. Pero todos tenían que hablar por turnos, y yo
era la última, y entonces me sentía tan
triste que no podía pronunciar ni una palabra, y llore. Sí, lloré delante
de 25 personas que ni siquiera conocía. Yo no podía decir lo que quería
decir. Si no hubiera estado mi pareja, sino otro persona, hubiera podido
decir lo que deseaba decir, pero pensando en la situación de que algún día tal
vez tengo que decir adiós para siempre a él, y a los quien más me importa...
eso fue demasiado para mí.
Después, nos
sentamos todos en círculo para hablar de cómo nos sentimos y cómo nos había afectado
el ejercicio. Lo que realmente me afectó fue lo que dijo una mujer: elegimos los quien podían entrar en el
refugio como cobayas: los que eran los más aptos para sobrevivir, y haciendo eso
rompimos un vínculo entre dos personas que se aman.
Y eso me hizo pensar. Acerca de la ética humana, y sobre la fuerza de cada persona para decidir lo que es realmente lo que hay que hacer, y abandonar los pensamientos y los miedos que la sociedad nos ha dado. Porque en realidad, muchas personas deciden por miedo; miedo por lo que otros dirán de ellos, desaprobación, y esas cosas. Pero después siempre se arrepentirán de haber elegido algo que no era lo que su corazón les dijo que hicieran.
Una triste experiencia, pero interesante. Porque esto una vez más me demuestra que con la mayoría de las cuestiones hay que elegir con el corazón, no la mente. Debido a que la mente está llena de miedos y mentiras, y sólo es confuso, mientras que el corazón... si has aprendido a escuchar, es la mejor guía que tienes en la vida.
Tristemente, la mayoría de la gente piensa que no puede escuchar a su corazón, y están demasiado agarrados por el miedo.
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